No hay una sola ruta o camino a pie hasta Santiago
Son 8 las principales rutas que recorren el Camino
El Camino Francés es el más conocido y popular de los que terminan en Santiago. En segundo lugar en popularidad está el Camino Portugues, que también termina en Santiago. Las otras rutas que terminan en Santiago de Compostela son el Camino Inglés, el Camino Primitivo y la Vía de la Plata. Las dos rutas que no terminan en Santiago son el Camino del Norte, que cubre la costa norte de España y termina en Oviedo, y la Via Podiensis que recorre Francia desde Le Puy en Velay a St Jean Pied de Port. La última ruta del Camino, y la única que comienza en Santiago, es el Camino de Fisterra Muxia que desde la ciudad del Apóstol se dirige a la costa y el Cabo de Fisterra, el fin del mundo!
Caminar el Camino es una experiencia increíble, memorable y única. A lo largo del Camino se puede sentir una energía positiva y una cálida sensación de comunidad, que permite conocer personas de ideas afines y crear nuevas amistades. Caminar, paso tras paso, entre hermosos paisajes y pintorescos parajes es algo extremadamente relajante y terapéutico. Muchas personas han reconocido experimentar momentos de gran claridad, creatividad y calma mientras realizaban a pie el Camino de Santiago.
Pueden diseñar tu ruta para adaptarse a cualquier nivel de condición física
Especialistas en el Camino
Recorrer el Camino de Santiago a pie trae a la mente imágenes de peregrinos cargando su morral, con ampollas en los pies y cansados por no dormir suficiente. Muchas personas creen que para ser un verdadero peregrino es necesario cargar el propio equipaje y permanecer en albergues de peregrinos, pero esto no es cierto. Para recibir la Compostela sólo hay que mostrar, a través de los sellos que obtenés en cada etapa, que caminaste o pedaleaste la distancia requerida. Recorrer el Camino a pie puede ser un reto físico, ya que la mayoría de las personas no camina 20 km diarios, mucho menos día tras día.
Recorrer el Camino a pie para muchos peregrinos modernos, es la oportunidad de alejarse de la agitada agenda de su vida cotidiana y tener tiempo para la contemplación. La idea es aligerar la carga mental y el estrés mientras caminas. Por qué no aligerar también tu carga física haciendo transferir tu equipaje? Esto te deja libre para caminar mucho más cómodamente todos los días. Cargando sólo una pequeña mochila y con el resto de tu equipaje trasladado entre una etapa y otra, vas a disfrutar al máximo tu Camino y al llegar al hotel, reservado de antemano, vas a tener una excelente noche de sueño reparador.
